El juego es tan inmersivo que de hecho ha servido como la base en Neurociencias para entender el contacto y seguimiento ocular, todos los mamíferos seguimos las miradas de los demás, sin embargo de acuerdo a un estudio basado en calabozos y dragones y publicado en Biology Letters en 2012 esto ocurre entre especies tanto entre humanos como criaturas no humanas con ojos parecidos a los humanos (humanoides) y criaturas con ojos en posiciones irregulares (monstruos), sin diferencias significativas entre los tres, los investigadores concluyen que el cerebro de los primates se especializa en adquirir información socialmente relevante a partir del comportamiento de los demás. Este estudio dio pie a técnicas para rehabilitar a las personas con espectro autista para emular las interacciones sociales típicas viendo a los ojos d los demás en lugar de observar el centro de sus rostros.
Deja un comentario